jueves, 7 de febrero de 2013
Fotografía: Atardece en el 'Dé-Efe'
A DIARIO vas y vienes y no te das cuenta. Bueno, en realidad acabas percibiendo siempre lo mismo: el tráfico, las prisas, la contaminación, gigantes de hormigón y acero levantándose inertes a ambos lados del Paseo de la Reforma, el estrés de no encontrar aparcamiento en una ciudad con millones de habitantes y el doble de coches, los sonidos de los claxón de taxistas vomitando estridencias... Hasta que una tarde llegas agotado del Metro y sus embotellamientos, sales con tu mujer a respirar al balcón del piso número trece y, ah caray, te percatas de que ahí está: un enorme y hermoso disco anaranjado de proporciones perfectas que se zambulle en un océano grisáceo de azoteas y antenas parabólicas hasta desaparecer por completo; mientras tú, observando la infinita urbe que se expande hasta más allá de donde te alcanza la vista, murmuras con una sonrisa y un optimismo fatigado: "No, tal vez no todo está perdido allá afuera. Tal vez no...".
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4 comentarios:
El D.F. ,al igual que Nueva YORK ,son agradables para temporadas cortas; más a largo plazo insoportables.
Poner distancia de éstos sitios generalmente resulta mejoría existencial.
Ha de ser extraño Manu, cuando llega el momento en el cual uno está triste, decepcionado o agotado de la ciudad, digamos el D.F., es la misma urbe quien regala estos momentos. Yo los siento en las mañanas, en diciembre hubo unas muy lindas con tono violeta, supuse que tu cámara las podría capturar. En mi ciudad en Colombia, donde crecí, Periera cuando visitaba a una novia que vivía como a 20 minutos caminando desde mi casa, podía vr un atardecer genial sobre una montaña que cruzaba por completo un costado de la ciudad. NO sé, uno se alegra enormemente.
Otra cosa Manu, te escribo comentarios en tus entradas y vos no dejas que lleguen. En la crónica anterior dejé uno y como dicen en Colombia 'Paila'.
Abrazos
Hola Carlos,
nunca he estado en Nueva York -es de esas ciudades que tengo en la agenda-, pero el DF, a pesar de las incomodidades propias de una ciudad con millones de habitantes, creo que tiene ese encanto atípico -como por ejemplo así lo muestra la fotografía- de una urbe que 'tiene un algo, un qué se yo' que te acaba por enganchar.
Yo llevo un par de años viviendo en ella... y creo que voy para rato. Te mando un saludo cordial, y muchas gracias por tu participación. Te esperamos de nuevo por aquí. Manu
Mi buen amigo y compañero colombiano, Eskimal. En primer lugar, déjame decirte que tus comentarios siempre tienen lugar en este tu espacio -lo único es que a veces me demoro un poco en publicarlos-.
Una vez hecho hincapié en ese apartado, comentarte que sí, que hay veces que esta ciudad, como ya sabes, te regala a veces unas imágenes poco -o nada- esperadas, como creo que demuestra la foto de ese atardecer anaranjado sobre las azoteas y las antenas parabólicas. Quiero decir: uno como que se imagina el atardecer en un mar Mediterráneo, azul inmenso, y no... entre edificios grises y una nube de gases tóxicos. Sin embargo, hasta en un escenario así... la belleza de la naturaleza se acaba imponiendo. Creo que era un poco eso lo que quería expresar con esta foto.
Te mando un gran abrazo mi querido amigo, y aún están pendientes esas chelas con nuestro compa Nacho.
Manu
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