lunes, 12 de marzo de 2012

Esperando a 'La Bestia' con Jon Sistiaga (1ª parte: El Devoramigrantes)


Como un polizón más y asumiendo los mismos riesgos de secuestro, robo, violación y asesinato que afrontan a diario miles de indocumentados en su anhelada búsqueda del 'sueño americano'. Así saltó el periodista Jon Sistiaga 'A lomos de La Bestia', un arcaico ferrocarril de mercancías que recorre de Sur a Norte la violenta geografía mexicana hasta llegar a la puerta de Estados Unidos, con el fin de documentar el calvario al que deben someterse quienes, en un desesperado intento por alcanzar un futuro, dejan todo en manos de la fe y la esperanza. Texto y fotografía, POR MANUEL URESTE 

"En una guerra mi mejor compañero de viaje es el miedo"
La tarde está tibia a pesar del invierno en La Patrona, un pueblo escueto de algo más de tres mil habitantes de la zona centro del estado mexicano de Veracruz, donde en otra época el cultivo de café aún era rentable y por el que todavía altísimos cañaverales se extienden hasta perderse a la vista por kilométricas hectáreas de campo. Apenas van a dar las cinco por mi reloj, observo. Sin embargo, el sol comienza a languidecer y la espesa neblina típica de esta zona serrana ya ha iniciado su fantasmal descenso por las laderas del cerro de Motzorongo, al tiempo que cientos de pájaros se resguardan en las frondosas copas de los árboles que se levantan a los costados de una omnipresente vía del tren, la cual disecciona con una tajada limpia y certera esta localidad de nombre reconocido a nivel internacional gracias a la labor de Las Patronas. Un grupo de mujeres que "sin más pretensión que servir a Dios" se dedica a diario a preparar bolsas con comida y agua para repartirlas -o mejor dicho, para aventarlas- entre los más de 400 mil indocumentados que se calcula pasan por aquí arriba de un terrible ferrocarril en busca del sueño americano.  
Ante el irremediable paso de los minutos y la consecuente fuga de luz, el periodista Jon Sistiaga (Irún, 1967) guarda silencio con aire resignado. Posa la vista en el reloj de esfera redonda que trae en  la muñeca, se cruza de brazos a pocos metros de una señal con forma de equis que advierte –o más bien amenaza- 'Cuidado con el tren', y niega con la cabeza mientras se mueve de un lugar a otro pisoteando con unas botas amarillas Panama Jack las angostas piedras que se amontonan sobre los durmientes. "Se nos va la luz –lamenta dirigiéndose con cara de circunstancia a Mario Lastra, el camarógrafo que lo acompaña-. Se nos va… Y La Bestia no llega". 
"En La Bestia intentaba por todos los medios que no me venciera el sueño; fue una experiencia tremendamente peligrosa"
DEVORAMIGRANTES, El tren de la Muerte, La Bestia, o El tren de las Moscas. Estos son algunos de los sobrenombres que quienes han padecido la experiencia de ir atrincherados entre sus hierros, soportando el frío de la interminable noche, el cansancio, el hambre, así como los robos, secuestros y violaciones que perpetran pandillas como La Mara Salvatrucha o sanguinarios grupos delictivos, le han dado al arcaico ferrocarril que Jon Sistiaga lleva persiguiendo durante días con el fin de elaborar un nuevo reportaje para la cadena de televisión privada, Canal Plus. "Se trata de un documental tipo train movie –empieza a describir el periodista galardonado en el 2003 con el prestigioso Premio Ortega y Gasset por su labor informativa en Irak- el cual lo vamos a llamar algo así como 'A lomos de La Bestia' y en el que trataremos de abordar el tema de la inmigración que atraviesa todo México para llegar a Estados Unidos, así como todos los dramas, problemas y peligros que estas personas tienen que pasar hasta alcanzar la frontera debido a las nuevas situaciones de violencia estructural y a las mafias que operan en México". 

El Perfil. Jon Sistiaga es un experimentado (y reputado) periodista español que ha cubierto numerosos conflictos armados en todo el mundo. En 1999 fue detenido ilegalmente por tropas serbias junto a su camarógrafo de aquel entonces, Bernabé Domínguez, durante el conflicto de Kosovo. Fue reportero en la guerra de Irak, donde dio testigo de los bombardeos aliados y de la caída del dictador Sadam Husein. Es autor de numerosos reportajes de investigación y del libro Ninguna guerra se parece a otra' El reportaje A lomos de la Bestia se emitirá el miércoles 14 de marzo, por la cadena de televisión privada Canal Plus. 

Tras la respuesta, Jon se frota los ojos. Está exhausto, advierto. Lleva miles de kilómetros recorridos y mucha adrenalina acumulada desde que hace varios días empezó a documentar, 'a bordo' de un neumático desgastado de camión que hacía las veces de balsa, el paso de migrantes a través del río Suchiate; un estrecho y poco profundo afluente que separa la frontera sur de México con Guatemala, al que también se le conoce como Paso del Coyote (los mexicanos llaman coyotes a los contrabandistas) por ser ruta habitual para el trasiego de todo tipo de mercancías: desde refrescos, tabaco o azúcar… hasta drogas, armas, y por supuesto, indocumentados. Posteriormente, hizo escala en Ciudad Ixtepec, un municipio del Istmo de Tehuantepec (estado de Oaxaca) de apenas 24 mil habitantes, pero de gran importancia estratégica para los grupos criminales que se pelean por el territorio, debido a que se trata de un punto de convergencia entre el Océano Pacífico, el Golfo de México y los flujos migratorios procedentes del Sur. En esta localidad el periodista documentó la labor de Alejandro Solalinde, un sacerdote muy conocido en México por su férreo activismo en pro de los derechos humanos de los migrantes, cuya labor al frente del albergue Hermanos en el Camino le ha valido un reconocimiento a nivel internacional, pero también un elevado costo en cuanto a las constantes amenazas de muerte que recibe –cuatro guardaespaldas acompañan al padre a sol y sombra a petición de la primera dama de México, Margarita Zavala de Calderón- de pandilleros, sicarios, autoridades, e incluso… de los propios parroquianos, los cuales en junio del 2008 ya intentaron quemar las escuetas instalaciones del recinto alegando que aquel era un refugio de mareros y asaltantes que atentaba contra la población de Ixtepec. Y fue también en esta misma localidad donde, "con alevosía, premeditación y nocturnidad" y portando poco más que una cámara de fotos "y un buen garrote", Jon Sistiaga se encaramó a lomos de La Bestia para asumir como un polizón más los riesgos que afrontan miles de migrantes especialmente a su paso por Veracruz, un estado de belleza incalculable, pero noticia cada vez con más frecuencia por ser escenario de enfrentamientos entre cárteles que se disputan el tráfico de drogas y de personas. 

El sueño americano. Se estima que alrededor de 150 mil migrantes ilegales, procedentes en su mayoría de países centroamericanos, transitan al año por México en un intento desesperado por cruzar la frontera de los EUA. 
"Yo tenía que subir a ese tren –da por sentado-. Porque si planteas un reportaje en el que intentas tú domar, o cabalgar, esa Bestia que tantas vidas se ha llevado y que tantas mutilaciones ha provocado, pues te tienes que subir al tren. Aunque, claro, no puedes elegir que sea durante el día o en un tramo donde, se supone, no va a haber asaltos –asiente-. Por lo que en nuestro caso tuvimos que subirnos a las tres de la madrugada". Arriba, cuatro salvadoreños lo esperaban, además de los rigores de la noche, el permanente riesgo de caer y ser literalmente engullido por La Bestia, así como la nada descabellada posibilidad de sumar una raya más a las estadísticas de secuestros. En este sentido, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) registró, entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, la friolera de 9.758 secuestros; mientras que entre abril y septiembre de 2010, la cifra llegó hasta los 11.333. No obstante, es probable que estos datos estén, incluso, alejados de la realidad, dado a que muy pocos son los que buscan a los migrantes desaparecidos y los que sobreviven rara vez denuncian por la desconfianza hacia las autoridades y por la necesidad de continuar presto con el viaje hacia la Unión Americana-. "Atracos y secuestros al margen, nuestra mayor preocupación era no caernos del vagón: porque vas en completa oscuridad, soportando el frío de pie sobre una repisa, con un tren que te traquetea, que frena, que acelera… Intentábamos por todos los medios que no nos venciera el sueño. La verdad es que fue una experiencia desasosegante, inquietante, y tremendamente peligrosa". 

'Cuidado con el tren'. Entre septiembre de 2008 y febrero de 2009, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) registró 9.758 secuestros de indocumentados; entre abril y septiembre de 2010, la cifra llegó a 11.333. 

La pregunta que más veces tiene que contestar un migrante ante una grabadora o frente a una cámara es, probablemente, el por qué de su decisión. Esto es, por qué arriesgar la vida recorriendo miles de kilómetros arriba de un tren donde los secuestros, los robos y las violaciones se han convertido en algo ordinario. Un tren donde, en definitiva, morir se ha convertido en algo tan banal como vivir. La respuesta, apuntará el propio Sistiaga al respecto, es sencilla: el ferrocarril supone para miles de personas procedentes en su mayoría de Honduras, Guatemala, El Salvador –o incluso, el propio México- la única forma de llegar pal Norte. En otras palabras, y como muchos de los indocumentados establecen ya como una especie de macabro axioma: para alcanzar el sueño americano, primero debes atravesar la pesadilla mexicana. "Los migrantes que viajan a bordo de ese tren son lo menos de lo menos. Personas que, económicamente, están muy desasistidas y que deciden afrontar los riesgos porque no tienen dinero ni para pagar un autobús hasta la frontera, y porque el autobús supone un mayor riesgo de controles y una mayor exposición a una posible deportación", explica el reportero. "Sin embargo, la mayoría te dice que prefiere asumir el peligro a pasar hambre; o que quieren buscar un futuro, una vida en el Norte; o que más violencia que ya hay en sus países no van a encontrar en el camino. Por lo que –llega a la conclusión-, aunque es cierto que el tren se cobra en cada viaje su tributo de migrantes, bien sea en asaltos, violaciones, mutilaciones, o asesinatos, la gente sigue subiendo a La Bestia, la siguen cabalgando. ¿Y por qué? –se pregunta, retórico-. Porque, al fin de todo, hay cierta esperanza. Y porque La Bestia también ayuda a mucha gente a alcanzar sus planes de futuro".

(En breve, segunda parte: "México es el mayor matadero de periodistas del mundo")

5 comentarios:

Albertico dijo...

Ves Manu?Eres un adelantado a tu tiempo,crack. :)

Álvaro Sánchez dijo...

Grandísima e interesantísima entrada Manu. Nada menos que con Jon Sistiaga. Ando ansioso por ver el documental. Un abrazo y gracias por esta pieza de buen periodismo.

Manu Ureste dijo...

Qué pasa Albertico. Ya ves tío, la verdad es que tuve suerte de poder entrevistar a un crack de esto del periodismo como Jon Sistiaga, y encima hacerlo en un terreno que -más o menos- conozco de algo. Como también lo conoce nuestro compañero de comentario, Álvaro Sánchez, el cual, me consta, también pateó bien la zona de Córdoba-Amatlán buscando historias interesantes que contar. Muchas gracias por vuestros comentarios y por vuestro apoyo, compañeros. Un abrazo.
Ah, y pronto la segunda parte de la entrevista en la que hablamos de los riesgos de ser periodista en territorio comanche, creo que os va a interesar.

Anónimo dijo...

Manuuuu! Q tal? Echando un vistazo a tu blog, que ya hace años no leía, m topé con esta entrevista q cautiva desde la redacción hasta la fotografía... Y sí, voy x la segunda parte!

*Annie*
¡Hala Madrid!

Manu Ureste dijo...

Hola Ana! cuánto tiempo sin saber de ti, espero todo te esté yendo fenomenal. Te mando muchos saludos. Este año vamos a por la Décima Copa de Europa!!!