martes, 13 de septiembre de 2011

Conversación con el cronista (1ª parte)



"Nadie ama lo que no conoce". Por ello, para Carlos Vega, cronista de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México es imperativo enseñar a los jóvenes a respetarla y valorarla "frente a los semidioses que les vende la sociedad y la televisión". 


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Por Manu Ureste
Puntual como el reloj que mide el transcurrir del tiempo sobre los pilares que sostienen el peso de la Catedral Metropolitana, don Carlos Vega arriba a la cita a las catorce horas en punto. Ni un minuto más, ni un minuto menos. La entrevista es en el Casino Español de la ciudad de México. Un edificio con solera que data del año 1905; construido en dos niveles a partir de una fachada rica en componentes arquitectónicos y ornamentales, y anclado  en la calle Isabel La Católica, a tan solo un par de cuadras –bajando por el corredor Francisco I. Madero– del zócalo capitalino.
 Don Carlos tiene setenta y siete años de edad. Pero evoca un entusiasmo y optimismo que desafían al tiempo. Su paso es erguido, elegante. Y su aspecto pulcro, dedicado. Hace años que peina las canas hacia atrás, desprende un agradable olor a perfume con ligeros toques de madera, y viste un traje fino de color gris claro que complementa con una camisa blanca inmaculada que abotona hasta el cuello, unos zapatos negros tal vez italianos recién boleados, y una corbata sin estampados que le otorga un distinguido aire académico. Aunque lo suyo, como él mismo explica para ir rompiendo el hielo mientras le echamos un vistazo a un retrato tamaño real del monarca Alfonso XIII de Borbón que preside la sala de exposiciones del Casino, siempre fue  la comercialización de perfumes por las múltiples tiendas del casco antiguo. Su casa de toda la vida.


¿Sabías qué?
La Catedral Metropolitana de la ciudad de México está dedicada a la Asunción de la Virgen María
 
Sed por aprender
“Empecé a trabajar desde muy pequeño en un negocio propio de perfumes. Sin embargo, la sed por aprender siempre me ha acompañado a lo largo de mi vida”, explica nada más sentarse a la mesa el cronista y experto en simbología de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México, uno de los monumentos religiosos más antiguos e importantes de toda América Latina, cuya construcción se prolongó la friolera de doscientos cuarenta años, desde 1573 hasta 1813, y cuyas entrañas guardan los secretos de la civilización azteca.
“Recuerdo –continúa con su presentación luego de recomendarme como entrantes una ensalada de cítricos, sopa de cebolla y una jarrita de vino tinto de la casa–  que cuando empecé a trabajar en el centro histórico viendo almacenes, farmacias, perfumerías y demás, a veces me metía en alguna iglesia porque hacía mucho calor y quería descansar un rato. Y ahí fue donde empezó a interesarme mucho estos monumentos”. Luego, los años y la curiosidad por esos edificios que guardan siglos de Historia y de historias fueron materializándose en cursos de antropología que completó “sobre la marcha” y “leyendo, leyendo y seguir leyendo”. Así, hasta que un día el presidente de la comisión de arte sacro lo invita a que le dé promoción cultural a la Catedral Metropolitana.
“En aquel entonces –corta ahora con el cuchillo la col de la ensalada en cuadritos para mezclarla con la zanahoria rayada y los gajos de naranja– yo dije: bueno, la Catedral ya la conozco… pero darla a conocer es otra cosa muy distinta. Por ello me puse a estudiar, y como siempre he  trabajo en ventas, se me hizo tal vez más sencillo dar las guías; de esto que te cuento hace ya quince años. Y en eso estoy”. (continuará)


La Catedral en el tiempo

1.524 
Inician construcción de primera Catedral

1.562
Don Antonio de Montúfar pone la primera piedra de la segunda y actual Catedral Metropolitana

1.625
Mandan destruir primera Catedral

1.667
La Catedral es concluida por dentro (bóvedas) siendo virrey don Tomás Sebastián de Lancera

1.813
Terminan las obras de la actual Catedra, 240 años después.


1 comentario:

El Eskimal dijo...

Manu, a ver que sigue en lo de la Catedral, por acá ando leyéndote. Por el momento puedo comentarte que en Colombia, antes de llegar a México, tenía un afiche gigante del Zócalo, donde lo más impresionante era la Catedral Metropolitana. Muchas personas que conozco de Colombia, de 40 años para arriba, tienen el deseo de conocerla. Un abrazo espero más del tema.