martes, 22 de septiembre de 2009

El marcapáginas: 'Ensayos sobre la ceguera y la lucidez', de Saramago

Manuel Ureste / VPC

Imagine la situación: como hace a diario, usted para su auto frente a uno de los miles de semáforos que hay en la ciudad. Piensa en sus cosas, probablemente en el trabajo o en el hijo que acaba de dejar en la escuela. Entonces, baja la ventanilla asfixiado por el sofocante calor, mira un momento hacia la radio buscando el dial, y al volver la mirada hacia las señales luminosas un mar de leche le inunda la vista sin ninguna razón aparente...
A partir de ahí, un auténtico infierno pasará por delante de sus ojos sin que pueda hacer nada. En las siguientes 300 páginas irá dando tumbos, tropezándose con todo y con todos por una ciudad muerta de hambre donde las ratas alcanzarán el tamaño de perros; palpará con las manos las frías sábanas del viejo y esquizofrénico manicomio en el que lo han abandonado las autoridades junto a otros cientos de personas que, repentinamente, quedaron cegados por un mar de leche; y olerá la fétida decadencia humana de orines y escrementos esparcidos por los pasillos que pisotea descalzo.

'Ensayo sobre la ceguera', del Premio Nobel portugués José Saramago, es una novela aterradora y brillante a partes iguales sobre las miserias y grandezas del ser (des)humano. Una novela que llega a convertirse en una especie de 'Gran Hermano' macabro y claustrofóbico, en la que el hombre es en sí mismo el problema y la solución ante una situación que lo golpea totalmente con la guardia baja. Y en donde, a pesar de todo, hay un espacio para la esperanza. No dejes de leerla.

Al igual que en VPC recomendamos la lectura de 'Ensayo sobre la lucidez'. Obra en la que el autor hace un espeluznante llamado de atención sobre hasta dónde puede llegar 'el lado oscuro' del poder político.
En este caso, como pasara cuatro años antes en la misma ciudad anónima donde todo el mundo a excepción de una mujer pierde la vista sin ninguna explicación aparente, la gente deja de votar. O mejor dicho: lo hace en blanco. Alcanzando un nivel de abstención de hasta el 85 por ciento (el sueño de muchos en las recientes elecciones mexicanas). Entonces, la maquinaria política activa todas las alarmas: hay que encontrar de inmediato al culpable de esta 'afrenta' a la democracia. Y si no existe, no importa. Se inventa.

A diferencia de 'Ensayo sobre la ceguera', donde Saramago hace una reflexión sobre el ser humano, sobre cómo lo mejor y lo peor del hombre aflora en los momentos en que el estómago vacío ruge durante días, en esta segunda parte el autor hace una crítica feroz al sistema político que rige los destinos de la sociedad y a toda esa clase política que, en nombre siempre de la democracia y de los derechos del ciudadano, comete todo tipo de atropellos y barbaridades con el fin de lograr unos objetivos que, casi siempre, nada tienen que ver con el derecho y la libertad...

Lo Mejor: el ritmo que imprime Saramago a las dos historias hará que no quieras parar de leer hasta el próximo día. Además, destacamos la angustiosa atmósfera que crea el autor en ambas novelas con un manicomio lleno de personas ciegas y hambrientas en la primera parte, y una ciudad en estado de sitio acechada por su propio (des)gobierno en la segunda.

Lo Peor: las ojeras que vas a tener el día siguiente de haberte acostado a las tantas de la madrugada leyendo estas dos inolvidables novelas. Eso, y la adaptación al cine con la película 'Blindness' (con Gael García a la cabeza), la cual es bastante mala y el mejor ejemplo, por otra parte, de que no siempre una imagen vale más que mil palabras...

3 comentarios:

Fernando dijo...

También recuerdo haberme enganchado mucho leyendo Ensayo sobre la ceguera. Tengo las "imágenes" del manicomio muy claras, y luego el caótico aspecto de la ciudad... y mira que no he visto la película. Osea que por tu comentario de 'Lo peor' comprendo que es mejor quedarme con esta impresión personal.
Saludos, Manuel: hoy nos damos una charla por ahí.

Manu Ureste dijo...

Fernando,

mmm yo no diría 'no veas' Blindness -que en mi opinión es bastante, bastante floja-. Diría no veas la peli sin antes desaprovechar la oportunidad de haber leído el libro.
No sé a ti, pero a mí no me gusta ver pelis de novelas que en lo personal me marcaron por algún motivo. Porque luego pasa lo que pasa: que la comparación es odiosa y el resultado desastroso.
Por ejemplo, creo que apenas se está empezando a rodar 'La reina del Sur', y ya sé que, salvo sorpresa mayúscula, no me va a gustar. ¿Por qué? Porque no creo que sea capaz de igualar la capacidad descriptiva y el peculiar estilo del maestro Reverte. Para empezar, el primer error. No creo que Eva Mendes, una de las mujeres más atractivas, explosivas y sexys del mundo, sea esa Teresa Mendoza discreta, ni guapa ni fea, sino atractiva, que el autor murciano-cartagenero describe en su novela.

Bueno compañero, nos vemos en los bares. Y gracias por tu comentario.

Fernando dijo...

En los bares, pronto.