domingo, 17 de mayo de 2009

Hasta siempre Don Mario (Buzón sin destinatario)


«Dejo mi brújula con la advertencia de que el norte es el sur y viceversa; dejo mi calle y su empedrado, dejo mi esquina y sus sorpresas; dejo mi puerta con sus cuatro llaves; dejo mi umbral con tus pisadas tenues»
Mario Benedetti.


Don Mario se fue. Ya no pudo demorar más la partida. A sus ochenta y ocho años de vida, su corazón dijo basta, Mario. Hasta aquí te he podido acompañar, maestro.
El Buzón de Tiempo se queda ahora sin destinatario. Aunque en él perdure para siempre el recuerdo nostálgico del amor perdido; los rumores de otras épocas, esos cafés amargos de media tarde, y las llamadas que nunca obtuvieron una respuesta. Sí, Marío. La literatura se queda sin un grande. Se queda huérfana de vos. Y esa servilleta arrugada sobre la mesa de aquel Café, ya nunca será la misma sin tu poesía.

Gracias Don Mario...

Como pequeño homenaje al que fuera uno de los grandes autores latinoamericanos de las últimas décadas, aquí os dejo uno de mis relatos favoritos de Mario Benedetti, extraído de su libro de cuentos 'Buzón de tiempo', y el cual os recomiendo encarecidamente. Espero os guste. Saludos!

(- ¿Vos nunca quisiste suicidarte? - Soy demasiado pelotudo para tomar una decisión tan laboriosa)

CONVERSA
Mario Benedetti
'Buzón de Tiempo'

- Perdón. ¿Puedo sentarme aquí, contigo, a terminar esta cerveza?
- Sí, claro.
- Mi nombre es Alejandro.
- Ah.
- Alejandro Barquero.
- Está bien. Yo soy Estela.
- Estaba en el otro extremo del café. No sé. Te vi tan sola.
- Me gusta estar sola.
- ¿Siempre?
- No, siempre no. Hay días. ¿No te ocurre que de pronto te vienen ganas de hacer balance contigo mismo?
- A veces. Pero por lo general de noche. Mi problema es que padezco insomnio.
- De noche prefiero dormir.
- Yo también. Pero no siempre puedo.
- ¿Mala conciencia?
- No. ¿Acaso tengo aspecto de delincuente o de violador?
- De violador, no.
- ¿De delincuente?
- Vaya una a saber. No hace diez años que nos conocemos, sino cinco minutos.
- ¿Siempre estás así, a la defensiva?
- Hay que cuidarse.
- ¿Venís a menudo a este café?
- Dos o tres veces por semana.
- ¿Trabajás por aquí cerca?
- Si el interrogatorio va a continuar de esta guisa, reclamo la presencia de mi abogado.
- ¿De esta guisa? ¡Qué léxico! Me gusta que tengas sentido del humor.
- Y vos ¿qué hacés?
- Traduzco.
- ¿Del inglés?
- También del inglés. Pero sobre todo del francés y del italiano. Y además soy soltero en español.
- ¿Me hacés confidencias para que yo te haga las mías?
- No sabía que la soltería era una confidencia. Más bien creía que era un estado civil.
- Yo no soy soltera. Estoy separada.
- ¿Y qué tal?
- ¿Qué tal qué?
- ¿Cómo te sentís en el nuevo estado?
- No tan nuevo. Hace un año que me separé. Ahora ya me acostumbré, pero al principio fue duro.
- No te pregunto si vivís sola, porque vas a pegar la espantada.
- ¿Por qué? Vivo sola, claro.
- ¿Y tu familia?
- Me queda poca. Mi vieja vive en Brasil, con mi hermano. Mi viejo se quedó en un infar to. Tengo una hermana, casada con un gringo, que reside en Los Ángeles. Y se acabó.
- ¿Qué hora es?
- Las seis y veinte.
- Caramba. Tenía que estar a las seis en el Centro. Pero no importa. Total, ya no llego. Ni en taxi. Lo que pasa es que mi reloj está perezoso. ¿Ves que marca las cinco y diez? Además, no he perdido el tiempo. Me gustó conocerte.
- ¿Conocerme? Mucho no hemos hablado.
- Lo suficiente. Y una relación no sólo se construye con palabras. También hablan los ojos ¿no?
- Ajá. ¿Y se puede saber qué te dijeron mis ojos?
- Reservado.
- Te gusta el cachondeo ¿eh?
- Me gusta pasarla bien.
- A costa de esta servidora.
- ¿Se puede saber qué edad tenés?
- No se puede.
- Representás veintitrés.
- Frío, frío.

- Yo tengo veinticinco.
- Pues representás veinticuatro y medio.
- Esta vez te haré una pregunta que requiere una respuesta franca.
- Venga.
- ¿Te caigo bien?
- ¿En qué sentido?
- Vertical. Horizontal. El que prefieras.
- Digamos que sí. Aunque no sé por qué.
- ¿Te lo explico?
- No, por favor. No sopor to la vanidad masculina cuando se desata espontáneamente.
- ¿No te parece como si nos conociéramos desde hace años?
- ¿No te suena esa pregunta como de culebrón venezolano?
- Vos contestame. ¿Te parece o no te parece?
- ¿Años? No. Me parece como si nos conociéramos desde hace veintiocho minutos.
- ¿Alguien te dijo alguna vez que irradiás una simpatía tan fuerte que a uno lo marea?
- Bueno, una vez un muchacho me dijo que mi simpatía lo emborrachaba.
- ¿Ves? Es así nomás. Y fijate que ni siquiera te he tocado una mano.
- Ni te atrevas.
- ¿No me das permiso?
- Claro que no. Apenas si autorizo a mi mano a tocarla tuya.
- Bárbaro.
- Tenés una piel suave. Interesante. Se ve que nunca fuiste obrero.
- ¿Y esta cicatriz en la muñeca?
- Ah sí. Con ese detalle ya lo sabés todo de esta joven marquesa. Hace dos años intenté matarme.
- ¿Y qué pasó?
- Me salvaron. Unas vecinas. Lo bien que hicieron. Estoy contenta de seguir vivita y coleando.
-¿Mal de amores?

- No. Falta de amores. Vacío de amores.
- ¿Droga quizá?
- Nada de eso. Ni siquiera fumo. Casi no tomo alcohol. ¿Vos nunca quisiste suicidarte?
- Soy demasiado pelotudo para tomar una decisión tan laboriosa.
- Ya me dijiste que sos soltero en español. Pero ¿tenés mujer, compañera, amante o noviecita?
- Nada, mi niña. Llevo tres meses y medio de virginidad sabática.
- Entonces voy a hacerte una confesión que confío aprecies en toda su buena fe.
- Así será.
- Y en toda su inocencia.
- Soy todo orejas.
- Quizá te parezca extraño, pero tengo ganas de verte
desnudo

2 comentarios:

BasiBonal dijo...

Hola monstruo. Como te tratan las mexicanas?? espero que bien. Me alegra mucho saber de ti, aún tengo tu foto con la bici en la puerta del pueblo por ahí colgada!!!
Ya sabes que si necesitáis un reportero gráfico, yo soy tu hombre!!!
Un abrazo champion!!

Gisela dijo...

hola manuel
se ha ido un grande verdad??

"El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme"
estos son uno de los tantos poemas que me han marcado

besicos y que sigas bien