domingo, 14 de diciembre de 2008

Schuster tenía razón

Manuel Ureste / La crónica
Pues al final, a pesar de que el comentario le valió prácticamente el puesto, va a ser que Schuster tenía toda la razón: “es imposible ganar al Barcelona”. Aunque no se puede decir que el Madrid -que incluso tuvo hasta tres clarísimas ocasiones de gol en sus botas- no pusiera en el Camp Nou toda la carne en el asador.

Con el pitido inicial, el Barcelona de Pep Guardiola salió a desplegar su particular estilo de juego de fantasía y toque-toque continuo hasta aburrir al contrario. Así, en el minuto cinco de partido, Lionel Messi ya avisaba del peligro que traerían sus internadas por el lateral que cubría el sevillano Sergio Ramos.
Ni un minuto después, Tití Henry apunto está de nuevo de adelantar a los azulgrana con un potente disparo que sale lamiendo el poste izquierdo de la portería de Iker Casillas. Mientras, Metzelder y Cannavaro se miran con caras de pocos amigos e intentando averiguar quién falló en la marca.

Corría el minuto 15 del primer tiempo y el Barcelona toca y toca utilizando a Xavi Hernández como pieza angular entre la zaga y la delantera. Por su parte, Messi, Henry, y el camerunés Samuel Eto’o, llegan en varias ocasiones seguidas con descaro hasta la misma cocina blanca.
Del Madrid y su defensa no había noticias. Raúl no paraba de dar instrucciones a Gago de que taponara al mariscal de campo blaugrana; Gui y Sjneider se arrastraban perdidos en la media cancha madridista; y Michel Salgado no taponaba bien su banda, haciendo una y otra vez que Henry pareciera ese delantero velocísimo que asombró a media Europa hará unos tres años.

Todo apuntaba, por tanto, a que era cuestión de tiempo que llegara el primer gol azulgrana, cuando en el minuto 23, Wesley Sjneider realiza el primer aviso serio de los blancos con un potente disparo que sale ligeramente desviado del marco que defendía Víctor Valdés.
Sin embargo, la ocasión más clara para los de Juande Ramos, llegaría apenas dos minutos después, cuando el extremo holandés Drenthe -habitual en el banco de suplentes- se queda totalmente solo ante el arquero azulgrana y desperdicia la jugada con un disparo raso que desvía Valdés.

Acto seguido, en el córner propiciado por la jugada de Drenthe, el ariete argentino Higuaín engancha un balón en el área chica que manda a las nubes de un fuerte disparo. Eran los mejores momentos del Real sobre el Camp Nou, que se fue en el descanso al vestuario con la sensación de que quizá Schuster se equivocaba.
En la reanudación, todo vuelve a la normalidad: el Barcelona sigue desplegando su juego, con un Messi dando continuos avisos, y el Madrid embotellado atrás aguantando el ciclón futbolístico de los de Guardiola. El capitán Raúl y Gonzalo Higuaín seguían completamente desasistidos en punta.

En el 55, Eto’o vuelve a soltar un ‘latigazo’ que sale a escasos centímetros del flequillo de Casillas. El Barça lo intenta una y otra vez, pero el Madrid se defiende como puede con una defensa muy nerviosa cada vez que veía rondar por las inmediaciones del área al 10 argentino del Barcelona.
Así, hasta que en el minuto 68 Michel Salgado, que dio durante todo el encuentro grandes facilidades a Tití Henry, comete un penal de patio de colegio: empujón dentro del área y pena máxima.

Eto’o se coloca a unos pasos del punto de penalty, dispara potente a la izquierda de Casillas y éste le adivina la intención despejando el cuero a un costado. Cuatro minutos después, el portero madridista vuelve a erigirse una vez en el salvador de los blancos sacando la pelota en una doble ocasión azulgrana, aunque la última de Messi estaría anulada por posición antirreglamentaria.

El Madrid se resistía a perder. Una y otra vez, bien Casillas, o bien la defensa merengue, repelían como podían las embestidas de los de Guardiola. Así, hasta que en el minuto 82, a tan sólo ocho del final, Eto`o se desquitaba del penal fallado y anota en una jugada embarullada dentro del área al saque de un córner que cabecea Puyol. A partir de ahí, el Madrid, sin capacidad de reacción, fue una caricatura.

Y así quedó demostrado con el golazo de Lionel Messi en el descuento, que terminaba de fusilar al equipo de Juande Ramos. Un equipo que para ese entonces demostraba que, si el Barça hubiera anotado en la primera parte, el resultado quizá pudo haber sido de escándalo.
Finalmente, más que justo dos a cero en el clásico, con un Barcelona mucho más líder, y un Madrid más hundido a 12 puntos ya de los azulgrana.





Artículo publicado en diario El Mundo de Córdoba, el domingo 14 de diciembre.

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