¡Qué vienen los rusos! Y de qué manera. Dos décadas después de que la Unión Soviética desapareciera del campo socialista, Rusia retoma con fuerza su presencia en Latinoamérica renovando alianzas históricas como la de Moscú-La Habana, o fortaleciendo nuevas amistades –algunos dirán que "peligrosas"– como la forjada con Hugo Chávez especialmente.
El momento, la verdad, no puede ser más propicio. Las tensiones financieras en Estados Unidos y la transición que está viviendo la Casa Blanca hasta la llegada de Obama al poder, hacen de la situación un momento ideal para Rusia en su objetivo de recobrar su importancia como súper potencia mundial frente al bloque estadounidense.
No es fruto de la casualidad
la presencia en aguas venezolanas,
a no tantos kilómetros de territorio
estadounidense, de toda una flota
naval rusa.
Como no es casual, por ejemplo, la firma en Caracas de un acuerdo para la "cooperación en el área de uso de la energía nuclear con fines pacíficos", uno de los sueños, por cierto, hecho realidad de Hugo Chávez, que desde 2005 había buscado sin éxito la ayuda de Brasil, Argentina e Irán para la construcción de una central nuclear en Venezuela.
Y mucho menos, no es fruto de la casualidad la presencia en aguas venezolanas, a no tantos kilómetros de territorio estadounidense, de toda una flota naval rusa, liderada por el crucero nuclear 'Pedro El Grande' y el destructor 'Almirante Chabanenko'.
Sin embargo, en esta última semana, Rusia ha tensado, un poco más si cabe, la cuerda con la visita histórica a La Habana del presidente Dmitri Medvédev, después de dos décadas en que el último mandatario soviético, Mijaíl Gorbachov, pisara territorio cubano.
Mientras tanto, a tan sólo unos pocos kilómetros del despacho de Raúl Castro, en ése en el que se han firmado recientemente hasta 10 acuerdos económicos con los rusos y un crédito por valor de 20 millones de dólares, los "halcones" de la ya prácticamente extinta Administración Bush, asisten impotentes ante la demostración de poder rusa.
"La mini gira de Medvédev por
América Latina es una clara
respuesta a la postura de EU
en el conflicto de Georgia"
De hecho, no hay que ser un gran experto en historia de la Guerra Fría, ni egresado de Harvard para darse cuenta de que esta mini-gira por Latinoamérica de Medvédev es una clara respuesta a la postura estadounidense en el conflicto de Georgia, y una forma de ‘sacar músculo’ en las narices de Estados Unidos, forjando alianzas políticas, energéticas y comerciales a dos manos, y además con líderes molestos para Washington, y en su propio patio trasero.
Tendremos, por tanto, que seguir esperando a la llegada de Obama –siguen y siguen creciendo las expectativas en torno al demócrata– para ver cómo afrontará –y con qué estilo– la nueva postura de poder del Kremlin, y si, en efecto, va a continuar con la pretensión "bushista" de instalar parte del escudo antimisiles en Polonia y la República Checa a las puertas de la frontera rusa.
En fin, como les decía, no parece que estemos ante una nueva Guerra Fría, aunque eso sí, las coincidencias empiezan a ser "sospechosas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario