Manuel Ureste / Diplomacia Exprés
Dicen que ése era el sueño del mismísimo Abraham Lincoln: la consolidación de unos Estados Unidos de América libre de la esclavitud, y con igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, independientemente del color, sexo, raza o religión.
Y lo cierto es que hoy esa (Norte)América que ideó el que fuera uno de los padres de la nación, comienza a ser una realidad más allá de la retórica yanki barata a la que hemos estado acostumbrados en los años de Bush.
"Hoy, con el primer presidente afroamericano
de su historia, Estados Unidos vuelve
a ser más Estados Unidos que nunca. Y en
su contexto más original: el de la democracia"
Antes que él han tenido que pasar hasta un total de 43 dirigentes por la Casa Blanca, cada uno con su estilo, cada uno con un modelo diferente de qué debe ser y cómo debe actuar, la potencia más influyente del mundo. Pero hoy, con el primer presidente afroamericano de su historia, Estados Unidos vuelve a ser más Estados Unidos que nunca. Y en su contexto más original: el de la democracia.
Y esa será precisamente la primera gran tarea de Barack Obama al frente de su nueva Administración: recuperar el verdadero sentido del concepto democracia. Y no sólo en aquellos países donde dicho concepto ha sido pisoteado, y utilizado como justificación de guerras, violaciones de derechos humanos y de matanzas de inocentes. Sino que también deberá recuperarlo, recomponerlo, y dotarlo de nuevo de sentido, en los propios Estados Unidos. Un país que tras ocho años de gobierno de Bush, es el más odiado prácticamente en todo el mundo.
Seguramente la crisis ocupará gran parte de la agenda del demócrata. Aunque un buen comienzo sería sin duda el anuncio oficial, así con fecha y hora exacta, del cierre de la prisión ilegal de Guantánamo, una de las mayores aberraciones que nos deja el legado ‘bushiano’ y que debe ser rectificado cuanto antes.
"Un buen comienzo para comprobar
que el cambio, en efecto, es real,
sería el anuncio oficial, con fecha y hora,
del cierre de la prisión ilegal de Guantánamo"
Otra medida que demostraría que, en efecto, el cambio es posible –Yes, we can change it, ¿lo recuerdan?–, es el levantamiento de embargo a Cuba. Un castigo desmedido y que ya carece de sentido. A buen seguro, dicha iniciativa contribuiría en gran medida al proceso de apertura que, tímidamente, comienza a darse en la Cuba de un Castro que ya tiene las horas más que contadas.
Obama, en definitiva, tendrá ante sí tantas expectativas como dificultades cuando abra el periódico cada mañana en su flamante Despacho Oval: Irak, Afganistán; la migración en México y el crimen organizado en Latinoamérica; la macrocrisis económica mundial; Al Qaeda, Bin Laden y el terrorismo internacional –que no van a desaparecer con Bush–; la proliferación nuclear en Estados peligrosos como Irán o Corea del Norte; la incógnita de saber qué va a pasar con Pakistán... más algunos otros ‘asuntos’ que irán surgiendo sobre la marcha.
Pero eso ya se verá mañana. Hoy estamos ante un sueño cumplido: el que tuvo Abraham Lincoln (y Martin Luther King).
Pd: la portadas de arriba y abajo corresponden a la edición míercoles 21 de enero del diario El Mundo de Córdoba. No quedaron mal, ¿no? :-)
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